lunes, 17 de abril de 2023

Poseído por mi jefe: Un contrato peligroso

 



«Un día seré tu dueño.»

Era sólo una niña cuando Peyton susurró esas palabras que se grabaron a fuego en mi alma.

Por aquel entonces, pensé que quizá le había oído mal. O que igual no conocía el significado detrás de sus palabras.

Entonces no era más que un desconocido malhablado de cara bonita.

Ahora, es el hombre sentado frente a mi padre, dispuesto a cobrar su deuda. «Su hija o la empresa», exige Peyton, y mi padre tartamudea.

Eso había dolido. No es que importase. La empresa era mi vida. Pero, como he dicho, yo era la hija de mi padre y no algo que subastar. Sobre todo a Peyton Sharpe.

Pronto aprendería que Peyton siempre conseguía lo que quería.

La compañía.
Mi cuerpo.
A mí.

Sólo me queda confiar en que tengo lo que hace falta para conservar mi corazón.




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