01
Querido Diario,
Érase una vez...
Una chica con cabello largo y dorado que tenía los ojos más azules y sinceros que se volvían blancos cuando lloraba. Vivía en un reino muy, muy lejano en una torre de piedra, pero su mente estaba hecha de pedazos de cristal que ella guardaba tan afilados como cuchillos.
Donde sus recuerdos se escondían detrás de sus dudas más oscuras y pensamientos más profundos. Su diario se convirtió en lo único en lo que podía confiar.
Hasta que el villano se presentó como el héroe de su vida.
Tomó y tomó y tomó un poco más.
Sin arrepentimiento
Sin vergüenza
Sin disculpas.
Querido Diario,
Érase una vez...
Una chica con cabello largo y dorado que tenía los ojos más azules y sinceros que se volvían blancos cuando lloraba. Vivía en un reino muy, muy lejano en una torre de piedra, pero su mente estaba hecha de pedazos de cristal que ella guardaba tan afilados como cuchillos.
Donde sus recuerdos se escondían detrás de sus dudas más oscuras y pensamientos más profundos. Su diario se convirtió en lo único en lo que podía confiar.
Hasta que el villano se presentó como el héroe de su vida.
Tomó y tomó y tomó un poco más.
Sin arrepentimiento
Sin vergüenza
Sin disculpas.
2
Había una niña que creía en los cuentos de hadas y en los felices para siempre.
Esperando.
Rezando.
Esperando a que llegara su príncipe.
Juntos conquistarían el mundo. Matarian dragones, demonios y villanos. Hasta que su príncipe azul dejó que sus demonios prevalecieran. Ella lloró, rogó y rezó.
Ella lo odiaba. Ella lo amaba. Ella no pudo salvarlo.
"Lo lamento."
"Te amo."
Eran cinco palabras que despreciaba más que nada. Su cuento de hadas se había convertido en su peor pesadilla. No sabía cuánto más podría soportar. No sabía que el amor podía convertirse en odio. Había tantas cosas que ella no sabía.
Especialmente, cómo decirle, “No”.
Había una niña que creía en los cuentos de hadas y en los felices para siempre.
Esperando.
Rezando.
Esperando a que llegara su príncipe.
Juntos conquistarían el mundo. Matarian dragones, demonios y villanos. Hasta que su príncipe azul dejó que sus demonios prevalecieran. Ella lloró, rogó y rezó.
Ella lo odiaba. Ella lo amaba. Ella no pudo salvarlo.
"Lo lamento."
"Te amo."
Eran cinco palabras que despreciaba más que nada. Su cuento de hadas se había convertido en su peor pesadilla. No sabía cuánto más podría soportar. No sabía que el amor podía convertirse en odio. Había tantas cosas que ella no sabía.
Especialmente, cómo decirle, “No”.
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