Branwen está a punto de convertirse en la Suma Sacerdotisa más joven de su aquelarre. A la madura edad de veintisiete años, es la más poderosa.
Y todo el mundo espera que ella ponga las cosas en orden.
Sin embargo, en la noche del ritual, todo sale mal. Branwen es traicionada, expulsada y despojada de sus poderes.
Abandonada a su suerte en el mundo humano, se pierde a sí misma y su fe en los dioses.
Hasta que una noche la depresión se convierte en rabia. Utilizando sólo los huesos de la tierra como fuente de poder, invoca a Hécate para que la ayude.
Pero lo que —o quien— la escucha, resulta ser algo que ella no puede controlar.
Al proponerse vengarse de los que la hirieron, Branwen descubre que es mucho más fuerte de lo que creía y que la verdad siempre saldrá a la luz.
El karma es una bruja.
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