1
Te presentamos a los hermanos Manning, protagonistas de esta ardiente serie de vaqueros pueblerinos de la reconocida autora norteamericana de superventas del USA Today, Vanessa Vale.
Una subasta de solteros. A eso había ido a parar.
Yo no era ganado, aunque un toro, desde luego que sí. Cuando las chicas comenzaron a ofertar, la cosa se puso difícil.
Hasta que ella, la única que quería, ganó la subasta con su oferta. Sí, la mujer que recientemente me había dado un rodillazo en la entrepierna.
Sí, me excitaba la mujer que no me quería ver ni en pintura. Era un hombre de retos.
Quizá ella sea la maestra, pero va a aprender que es mía y que no la pienso dejar ir.
Como si un vaquero fuera poco, Sawyer es el jefe de bomberos del pueblo. Este libro podría incendiar tu pantalla de lectura, pero no temas, que allí estará él para apagarte el fuego.
Te presentamos a los hermanos Manning, protagonistas de esta ardiente serie de vaqueros pueblerinos de la reconocida autora norteamericana de superventas del USA Today, Vanessa Vale.
Una subasta de solteros. A eso había ido a parar.
Yo no era ganado, aunque un toro, desde luego que sí. Cuando las chicas comenzaron a ofertar, la cosa se puso difícil.
Hasta que ella, la única que quería, ganó la subasta con su oferta. Sí, la mujer que recientemente me había dado un rodillazo en la entrepierna.
Sí, me excitaba la mujer que no me quería ver ni en pintura. Era un hombre de retos.
Quizá ella sea la maestra, pero va a aprender que es mía y que no la pienso dejar ir.
Como si un vaquero fuera poco, Sawyer es el jefe de bomberos del pueblo. Este libro podría incendiar tu pantalla de lectura, pero no temas, que allí estará él para apagarte el fuego.
2
Siempre la he querido a ella y, después de todos estos años, mi deseo seguía intacto.
Creí que Sarah O’Banyon era la indicada, pero qué equivocado estaba.
Seguí con mi vida e hice algo ella. Me volví jefe de la policía y hasta tuve a una hermosa hija.
Cuando Sarah me compró en la subasta de solteros, me quedé atónito. Han pasado seis años. Ahora me quiere para algo, y cuando acabamos en mi dormitorio, sabía exactamente para qué. Para mi sorpresa, la mecánica sexy me esposó a la cabecera de la cama y se marchó. La parte dura no fue solo liberarme, precisamente.
Resulta que tiene conocimiento de mi pasado. Sabe de un secreto que la enfurece. No pasa nada. Eso significa que todavía siente algo por mí. Cambiaré su odio por amor.
Recogeremos los trozos de nuestro primer amor… y nuestros corazones rotos, porque no hay otra opción. Sarah O’Banyon es y será siempre la mujer de este vaquero.
En el siguiente libro de Subasta de Solteros, un padre soltero consigue una segunda oportunidad con su primer amor. Le corresponde a Huck Manning avivar las llamas de su vida amorosa… y las de tu tableta.
Siempre la he querido a ella y, después de todos estos años, mi deseo seguía intacto.
Creí que Sarah O’Banyon era la indicada, pero qué equivocado estaba.
Seguí con mi vida e hice algo ella. Me volví jefe de la policía y hasta tuve a una hermosa hija.
Cuando Sarah me compró en la subasta de solteros, me quedé atónito. Han pasado seis años. Ahora me quiere para algo, y cuando acabamos en mi dormitorio, sabía exactamente para qué. Para mi sorpresa, la mecánica sexy me esposó a la cabecera de la cama y se marchó. La parte dura no fue solo liberarme, precisamente.
Resulta que tiene conocimiento de mi pasado. Sabe de un secreto que la enfurece. No pasa nada. Eso significa que todavía siente algo por mí. Cambiaré su odio por amor.
Recogeremos los trozos de nuestro primer amor… y nuestros corazones rotos, porque no hay otra opción. Sarah O’Banyon es y será siempre la mujer de este vaquero.
En el siguiente libro de Subasta de Solteros, un padre soltero consigue una segunda oportunidad con su primer amor. Le corresponde a Huck Manning avivar las llamas de su vida amorosa… y las de tu tableta.
3
¿Que me compró una pastelera tímida en una subasta? No pasa nada.
¿Que si me hago pasar por su novio en la boda de su hermana? Me apunto.
Puedo fingir todo el día porque soy Thatcher Manning, un tipo que no tiene relaciones.
Puedo dejar bien follada a una mujer, le puedo dar lo que quiera, menos mi corazón.
Hace mucho tiempo decidí que no tendría nada serio con ninguna mujer.
Que me vaya del pueblo en unos meses refuerza esa decisión.
Pero Astrid se me tenía que meter bajo la piel. Ella me cede las riendas en la cama —y fuera de ella— y ahora estoy sintiendo cosas.
Cosas que no se pueden ocultar.
El problema es que no planeaba ir en serio. Tremendo lío.
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