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El temperamento de Lady Caitlin Southall por fin ha conseguido traerle algo bueno. Ha retado a Harlow Telford, el duque de Dangerfield, el más notorio de todos los vividores de Inglaterra, a una apuesta. Quiere recuperar su casa. La que su padre, sumido en la miseria, perdió a manos de Dangerfield en una partida de cartas. Pero si no gana la apuesta, no sólo perderá su casa por siempre, sino también su dignidad y su orgullo y, maldita sea, tal vez su corazón... Porque el atractivo duque ha decretado que, si él gana, ella deberá pasar la noche en su cama.
A Harlow Telford le divierte su vecina que parece venir directamente del infierno, Caitlin, o Cate para sus amigos, que parece abarcar a todo el mundo excepto a él. Cuando ella interrumpe una de sus reuniones privadas, él la confunde con el programa de entretenimiento. Su bofetada en la cara le despierta el absurdo deseo de seducir a la belleza poco convencional y tenerla en su cama. Cuando ella lanza su disparatado reto de recuperar el montón de escombros, que ella llama casa, las condiciones están establecidas. Y él hará lo que sea para ganar, excepto enamorarse
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Dicen que la venganza es dulce...
Marcus Danvers, el Marqués de Wolverstone, goza de fama de cínico. Corre el rumor de que, hace mucho tiempo, una hermosa mujer le rompió el corazón. Ahora solo vive para el placer. Es un consumado y apuesto vividor. Se dice que, si alguien intenta acercarse demasiado, no solamente ladra, llega a morder. Esto es hasta que la hermosa, pero engañosa, Condesa Orsini vuelve a entrar en su vida con una apuesta a la que no puede resistirse. En cuanto gane, tendrá a Sabine exactamente donde la quiere, en su cama y a su merced.
Obligada a regresar a Inglaterra y vengar la muerte de su padre, Sabine sabe que la única persona que puede ayudarla es el único hombre al que ha amado: Marco. El hombre que la odia con tanta pasión como una vez la amó. Pero Marcus aún no sabe que si él gana esta apuesta también se podrá vengar. Pues hay algunos secretos que es mejor dejar enterrados
Vivir felices para siempre...
Henry St. Giles, el Conde de Cravenswood, anhela encontrar a su alma gemela. Ahora que sus dos mejores amigos, antiguos vividores, están felizmente casados, la necesidad se convierte en una obsesión. Cuando le retan a encontrar una esposa para el final de la temporada o a casarse con su vecina, la seductora Lady Amy Shipton, no puede creer su suerte. Gana, de cualquier manera. Pero un jardín oscuro, un caso de identidad equivocada, un beso en estado de embriaguez y la pérdida de un pendiente de esmeralda, llevan a Henry a la búsqueda de la Cenicienta. Sabe que la mujer que tiene entre sus brazos podría ser la que ha buscado toda su vida. Solo tiene que encontrarla.
Lady Amy Shipton está decidida a casarse por amor en lugar de compartir a su marido como hizo su madre. Entonces, ¿por qué dejó que su atractivo vecino y fantasía romántica, el Santo Pecador, como lo llaman por sus proezas en el dormitorio, la sedujera en su jardín? ?Y qué puede hacer ella cuando en medio de su apasionado encuentro, él susurra el nombre de otra mujer= Ahora Henry está buscando la dueña del pendiente que dejó Amy, y ella está decidida a recuperarlo antes de que se revele su identidad. No está dispuesta a dar a su padre los motivos que este desea desesperadamente para obligarla a casarse
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