domingo, 4 de diciembre de 2022

SWEETEST SERIE

 

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Mi padre ha cometido errores. Muchos. Casarse con mi madre fue el mayor, o eso creía yo. Después de que su divorcio terminara, y de que por fin la sacara de nuestras vidas, recibí una llamada de él diciéndome que se había casado de nuevo.
El último error de mi padre me ha dado una madrastra y una hermanastra. No tengo ninguna duda de que ambas van detrás de la fortuna de mi familia. Así que tengo que volar a casa para arreglar el desastre.

Pero cuando llego ahí, me encuentro con ella.

Molly Reynolds. Mi hermanastra. Una chica que de alguna manera se las arregla para capturar mi alma en el espacio de unos pocos momentos. Sé que no puedo dejarla marchar, ni siquiera si su madre no está haciendo nada bueno, cosa que todavía sospecho.

Mantener a Molly a mi lado requerirá algunas intrigas por mi parte, pero eso es lo que se me da bien. Soy Asher Score después de todo. Soy frío y calculador y siempre me salgo con la mía al final.

Hago una especie de trato con ella, uno que la mantendrá cerca. Tan cerca, de hecho, que llego a conocer a mi hermanastra en todos los sentidos



*Emily*

Ser la chica dulce y popular de la puerta de al lado con un apellido que todo el mundo conoce no siempre es lo que parece. De hecho, estoy empezando a desmoronarme bajo la presión de la fachada. Intenté ser perfecta. Intenté ser lo que creía que todos querían, pero al final solo me dejó sola. Creen que me conocen. Creen que me ven, pero nadie lo hace realmente. La única persona que creía que me conocía -el mejor amigo de mi hermano- se marchó al final. No debería sorprenderme. Parece que siempre me dejan sola.

*Chase*

Cree que no la veo, cuando lo único que he visto es a ella. Sus sonrisas y risas forzadas me están volviendo lentamente loco mientras espero mi momento. Quiero hacerlas realidad. Quiero recuperar a mi chica. No me importa qué puentes tenga que quemar para tenerla. Me pasaré la vida demostrándole que nunca me iré a ninguna parte. Que soy la única persona con la que siempre puede contar. Al final, ganaré, y ella será mía.




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