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Anastasia Allen ha trabajado toda su vida para tener la oportunidad de entrar al equipo olímpico de EE. UU.
Patinadora artística competitiva desde que tenía cinco años, con una beca universitaria completa gracias a su lugar en el equipo de patinaje de Maple Hills y con un horario que haría llorar incluso a la persona más motivada, Stassie llega para ganar.
Sin excepciones.
Nathan Hawkins nunca ha tenido un problema que no pudiera resolver. Como capitán de los Titanes de Maple Hills, sabe que la responsabilidad de mantener al equipo de hockey en el hielo recae sobre sus hombros.
Cuando un malentendido da como resultado que ambos equipos se vean forzados a compartir una pista, y el compañero de Anastasia se lastima como consecuencia, Nate se encuentra cambiando su palo por las mallas y a un entrenador aterrador por otra aún más aterradora.
La pareja se encuentra atascada junta en más de un sentido, pero está bien, porque a Anastasia ni siquiera le gustan los jugadores de hockey... ¿verdad?
OPC1
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Los estudiantes de Maple Hills, Russ Callaghan y Aurora Roberts se cruzan en una fiesta de fin de curso, donde un juego de beber los lleva a tener una apasionada aventura de una noche. Aurora, que no es de las que se quedan demasiado tiempo —ni espera mucho de un hombre—, se escabulle antes de que Russ tenga siquiera la oportunidad de preguntarle su nombre completo.
Imagina su sorpresa cuando se encuentran el primer día del campamento de verano en el que ambos son monitores, con la esperanza de escapar de sus complicadas vidas familiares pasando el verano trabajando. Russ espera que, si se aleja lo suficiente de Maple Hills, podrá evitar lidiar con las repercusiones de la adicción al juego de su padre, mientras que Aurora está cansada de ansiar la atención de todos los que la rodean, y quiere volver al último lugar donde se sintió verdaderamente en casa.
Russ sabe que romper la estricta regla del campamento de «no confraternizar con el personal» le hará volver a Maple Hills antes de que acabe el verano, pero por desgracia para él, Aurora nunca ha sido muy buena respetando las reglas. ¿Aprenderán a coexistir pacíficamente? ¿O su única noche juntos inició un incendio que no podrán apagar?
Los estudiantes de Maple Hills, Russ Callaghan y Aurora Roberts se cruzan en una fiesta de fin de curso, donde un juego de beber los lleva a tener una apasionada aventura de una noche. Aurora, que no es de las que se quedan demasiado tiempo —ni espera mucho de un hombre—, se escabulle antes de que Russ tenga siquiera la oportunidad de preguntarle su nombre completo.
Imagina su sorpresa cuando se encuentran el primer día del campamento de verano en el que ambos son monitores, con la esperanza de escapar de sus complicadas vidas familiares pasando el verano trabajando. Russ espera que, si se aleja lo suficiente de Maple Hills, podrá evitar lidiar con las repercusiones de la adicción al juego de su padre, mientras que Aurora está cansada de ansiar la atención de todos los que la rodean, y quiere volver al último lugar donde se sintió verdaderamente en casa.
Russ sabe que romper la estricta regla del campamento de «no confraternizar con el personal» le hará volver a Maple Hills antes de que acabe el verano, pero por desgracia para él, Aurora nunca ha sido muy buena respetando las reglas. ¿Aprenderán a coexistir pacíficamente? ¿O su única noche juntos inició un incendio que no podrán apagar?
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La tercera entrega de la serie Maple Hills, superventas del New York Times, sigue a Henry, uno de los favoritos de los fans, y a una compañera de estudios aficionada a los libros, que idean un plan para ayudar a ambos a superar sus respectivos retos en un año difícil.
Cuando su procrastinación lo lleva a una clase difícil con su profesor menos favorito, Henry Turner sabe que va a tener que trabajar muy duro para sobrevivir a su tercer año de universidad. Y ahora, con su nuevo título de capitán del equipo de hockey -que ni siquiera quería-, Henry no puede fallar. Entra en escena Halle Jacobs, una compañera de tercer año que se hace amiga de Henry cuando éste se cuela accidentalmente en su club de lectura.
Puede que Halle no tenga las aventuras románticas de sus protagonistas favoritos, pero es una superestrella académica y, en cuanto se entera de los problemas de Henry con el material de lectura, se ofrece a ayudarlo. Lástima que ser profesora particular no sea exactamente lo ideal teniendo en cuenta sus propios estudios, su trabajo, su club de lectura y la novela que está intentando escribir. Pero las nuevas experiencias son la clave para vencer su bloqueo de escritora, y Henry promete ser quien se las dé.
Sólo tienen que atenerse a su reglamento.
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