Georgette Adams es la encarnación del problema. Mimada, descarada, inteligente... y la única hija del Presidente.
Ser convocado a una reunión en la Casa Blanca me parecía un honor, hasta que me di cuenta de la trampa.
Soy el nuevo miembro de su equipo de seguridad. No sólo para este verano en DC, sino también cuando se vaya a Stanford en otoño. Su seguridad es mi responsabilidad.
El problema es que el único lugar donde Georgie respeta las reglas es en la cancha de tenis.
Nuestras prioridades chocan y nuestras personalidades entran en conflicto, pero, de alguna manera, cuanto más tiempo pasamos juntos, menos se siente como un trabajo.
Pero la descripción de mi trabajo no incluye hacerla reír o disfrutar de nuestras conversaciones. Y, desde luego, no implica romper las reglas o desdibujar las líneas.
¿Mi único trabajo?
Es servir.
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