La Penitenciaria Pesadilla no es una broma. Lo peor de lo
peor del mundo paranormal termina en P.P, y me acaban
de sentenciar allí. Para otros, esto podría ser un motivo
para enloquecer. Pero para mí, es un jodido alivio. Verás, me han vendido al gran imbécil malo, el Alfa Bowen, ¡gracias, mamá y papá! Pero si creen que me iré tranquilamente, y sin hacer nada, no han estado prestando atención a como soy. La Penitenciaria Pesadilla es el lugar perfecto para escapar, y estoy lista. Ojalá la gente dejara de intentar sacarme. En serio, es molesto. Estoy preparada para relajarme y cumplir mi sentencia, pero luego me encuentro con el guardia de la prisión, Rook. Parece que no puedo escapar de sus miradas acaloradas, el bamboleo de su cabeza o los
hoyuelos. Dulces Pop Rocks, ¡los hoyuelos! Se supone que no
debes conocer al hombre de tus sueños en prisión, pero díselo al destino. Lástima que no esté tan fuera de alcance de los problemas como pensaba… y ahora, no hay a donde correr porque, estoy presa.
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