Rory no es como los otros internos. De hecho, él no es un recluso en absoluto. Está encubierto, encargado de recopilar información sobre Sebastian Claw. Él está planeando algo para su próxima liberación, y Rory necesita averiguar qué.
A Rory no le gusta el Sebastian del pasado: el asesino o el Sebastian del futuro: el conspirador. Le gusta el Sebastian del presente. Con el que comparte su celda, su cuerpo y posiblemente su corazón.
La línea entre lo que es correcto y lo que está equivocado, lo que está bien y lo que está mal, comienza a desdibujarse. Pero si Sebastian descubre quién es Rory, es un hombre muerto...
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