Pru vive en una ciudad costera y, tras una noche de fiesta con sus amigos, descubre que acaba de adquirir una sorprendente habilidad: desatar karma al instante. Sin pensárselo dos veces, Pru comienza a usar su nuevo poder para castigar a cotillas que se dedican a extender rumores o a vándalos maleducados… Pero hay una persona con la que no parece funcionar: Quint Erickson, su compañero de laboratorio, que es un vago redomado. Quint es, además de irritantemente atractivo, impresionantemente noble, y resulta toda una experiencia verlo trabajar en el centro de rescate de animales marinos. Cuando Pru se resigna a trabajar en el centro de rescate por un crédito extra, comienza a descubrir cosas acerca de las crías de nutria, de los desastres medioambientales y de cómo funciona el amor… no necesariamente en este orden. Sus nuevas habilidades pronto le mostrarán lo fina que es la línea entre la virtud y la vanidad, entre la generosidad y la avaricia… el amor y el odio… y el destino
Jude quiere pasar desapercibido. A él solo le interesa dibujar comics, jugar a Dragones y Mazmorras con sus amigos, trabajar en la tienda de discos de sus padres y que en el instituto no se las hagan pasar canutas. Hasta que un día descubre que, inexplicablemente, tiene una sobrenatural racha de buena suerte.
De pronto, todo lo que Jude siempre ha querido parece estar a su alcance. Sus cómics van a ser publicados. Al ayudar a su amigo con una canción, esta se convierte en la finalista de un concurso. Y gana un par de codiciadas entradas para un concierto, al que podrá invitar a la chica de la que ha estado enamorado desde que iba al colegio.
Pero ¿cuánto tiempo durará la fortuna de Jude? ¿Y por qué no puede dejar de pensar en Ari, su mejor amiga? Si Jude ha estado soñando con la chica equivocada toda su vida, ¿significa eso que será desgraciado en el amor para siempre?
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