Quinn Sawyer no solicitó un trabajo temporal en el remoto O’Connor Adventure Retreat, en Alaska, porque quiera cambiar de aires. Le encanta su soleada Florida. Sólo se dirige al norte para poder obtener respuestas de Declan O’Connor, el hombre que salió con la tía de Quinn hace seis años.
La relación terminó abruptamente, y Declan se fue de Sarasota sin decir nada. Para Quinn, fue el principio del infierno, porque la mayor parte de su familia le culpó de repente de la ruptura de una relación en la que no había participado, y se negó a decir por qué. Ahora han pasado seis años y se ha cansado de ser la oveja negra. Merece saber cómo es posible que haya sido su culpa, y no va a dejar que el enamoramiento que albergaba por Declan se interponga en el camino.
Tras localizar finalmente a Declan, Quinn se sube a un avión. O máquina de la muerte, como prefiere llamarlo. Pero en su búsqueda de la verdad, descubre que hay mucho más en la Tierra del Sol de Medianoche que buscar respuestas.
Hace dos años, Logan Ward se llevó la sorpresa de su vida cuando descubrió que era padre de un niño de dos años. Profesional y sentimentalmente a la deriva, dedicó todo su tiempo y energía a cuidar de su hijo. Pero ahora busca más, y aceptar un trabajo en Alaska le permitirá empezar de nuevo. En el camino, sólo puede esperar que se solucione el resto. Cosas sin importancia, en realidad. Como crear un hogar para él y su hijo, averiguar si le gustan o no los hombres y cómo encontrar su lugar en una nueva cultura en la que una joven es mejor con un rifle que él.
Kyle Shaw lleva toda la vida viviendo de la tierra, muy a gusto con la naturaleza y con los retos que supone sobrevivir en la naturaleza de Alaska. Disfruta especialmente de su trabajo estacional en el O'Connor Adventure Retreat, y para la temporada de este año, va a tener a su sobrina.
No busca otra cosa que no sea trabajo duro, buenos amigos y, cruzará los dedos para lograr tener sexo esporádico. Entonces, un chico del Sur mete la pata y él interviene para darle una lección a Logan.
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