A los trece años prometí casarme con Ted Landon, fue lo único que me hizo superar las dificultades del instituto. Mi mejor amigo siempre estuvo ahí, incluso cuando nadie más lo estaba.
Pensé que siempre lo estaría...
Hasta que desapareció.
Ese fatídico día en el que me apartó y se despidió tras nuestro primer beso, siempre ha permanecido en mi mente.
Siento que fue él quien huyó.
Pero la vida sigue adelante, se supone que yo también he seguido adelante, y pensaba que lo había hecho.
Hasta que él estrella su moto frente a mi casa.
Ahora necesita ayuda, aunque no la quiere de mí. Pero esta vez no le va a resultar tan sencillo deshacerse de mí.
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