Su corazón estaba guardado … Atormentado por la culpa autoimpuesta, la Dra. Lena O’Donnell ha pasado los últimos nueve años en modo de supervivencia. Luchando a través de días que parecen mezclarse y luchando a través de cada noche horrible, ha determinado que esto es lo que se merece … Hasta que derribó las paredes … La vida de Mason Langley va exactamente como la había planeado, hasta ella. Un soltero confirmado y el exitoso dueño del restaurante más popular en Chicago, nunca esperó ser sorprendido por una mujer enojada con un par de batas. No importa lo mucho que lo intente, parece que no puede sacudir al médico, y le gusta la forma en que lo hace sentir. Casi toda la noche, Lena encuentra su mundo al revés por Mason y el deseo sexual que descubren juntos. Lentamente, baja la guardia y lo invita a entrar, pero cuando ocurre la tragedia comienza a creer que a veces es mejor estar solo y seguro que amar y perder
¿Qué pasa si todo lo que crees que quieres no es lo que realmente necesitas … La Dra. Shelly Monroe es una mujer que no rehuye perseguir lo que quiere, pero últimamente el buen sexo ha sido difícil de encontrar. Shelly se siente cada vez más frustrada con los hombres con los que ha estado saliendo y con los hombres que cree que son la elección correcta. Joshua Daniels ciertamente ni siquiera está cerca de la elección correcta. De hecho, él es exactamente la elección equivocada. Por un lado, es el mejor amigo y el mejor hombre de Mason Langley. En segundo lugar, es una complicación demasiado arriesgada para que Shelly la considere. Entonces, ¿por qué no puede dejar de pensar en lo delicioso que se veía esa primera noche que lo conoció en Exquisite? ¿Por qué es tan imperativo mantener oculto su deseo lujurioso por un hombre que no cumpla con su molde preconcebido de Lena y Mason, sus amigos de confianza? Parece irrazonable que estar con un hombre completamente equivocado en teoría pudiera de alguna manera sentirse tan bien. Entonces, ¿por qué cuanto más lo ve, más atractivo se vuelve?
Comestible, delicioso, delicioso. Rachel Langley está más que familiarizada con esas tres palabras en su línea de trabajo. Después de todo, ella pasa sus tardes y noches creando postres tan divinos que su boca se hará agua y sus papilas gustativas hormiguearán. Sin embargo, no son las palabras que hubiera esperado pensar cuando mirara a un cierto abogado que solo conoce como Cole. Con cada encuentro, el hombre exasperantemente persistente se vuelve más imposible de resistir, y comestible es la palabra exacta que viene a la mente. Anhelan, exigen, codician. Cole Madison sabe exactamente lo que quiere, y Rachel Langley lo es. Desde el momento en que la vio en Whipped, supo que quería agarrarla y morderla. Sin embargo, la mujer tiene movimientos enigmáticos, evitándolo a cada paso. Pero no por mucho tiempo. Se acabó el tiempo de Rachel y, en lo que respecta a Cole, ha esperado demasiado para probar lo que desea. Nada, incluida la mujer misma, le impedirá consumir lo que ansía. La única pregunta que queda es: ¿Quién tomará el primer bocado?
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