Todo el mundo conoce las historias de chicas ingenuas que son raptadas por bellos monstruos.
A menudo el monstruo es un alma torturada con un pasado jodido, pero incluso entonces, ese monstruo es redimible.
Esta no es una de esas historias.
Mi monstruo se deleita en la carnicería que crea.
Nuestra historia no es una en la que el bien prevalece y el villano se convierte en héroe.
Mi realidad es oscura.
Sus demonios son más oscuros.
Y aunque amo a mi monstruo, esto no es un cuento de hadas.
No hay un “felices para siempre”.
El amor es una tragedia diseñada para dos.
¿Qué soportarías para verlo terminado?
Yo no era nada.
Él era tanto la locura como el paraíso.
Yo era inocente.
Él era retorcido, albergando secretos sádicos.
Yo era una obsesión maligna.
Ahora soy su posesión más preciada.
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