La prensa lo apodó “El Asesino de la Cuenta Regresiva”, marcando a sus víctimas con un número, pero Chad lo conoce como Romeo. Capturado por el asesino que está cazando, la situación de Chad parece grave, pero Romeo no quiere matarlo porque Chad no se ajusta a su patrón.
En cambio, mantiene a Chad durante dos meses, escondiéndolo donde nadie lo encontrará, asegurándose de que Chad no pueda revelar quién es. Romeo no va a lastimar a Chad; lo va a dejar ir, pero solo una vez que sea declarado el número uno.
Pero en dos meses con solo el asesino por compañía, un vínculo comienza a crecer. No son detective y asesino, sino Chad y Romeo. Está mal, pero en su situación desordenada, se siente bien.
Aún así, Chad es un detective, y su deber es con el público, mantenerlos a salvo. Y si eso significa traicionar al hombre en el que ha aprendido a confiar, entonces que así sea...
Encerrado en una prisión de máxima seguridad, lo más destacado para Romeo cada semana es una visita de Chad. A pesar de que sus amigos, colegas y terapeuta le dicen a Chad que se detenga, no puede, y se convierte en la única alegría en la vida aburrida y sombría de Romeo.
Más que su necesidad de matar necesita a Chad para vivir, pero un asesino Imitador tiene otras ideas.
Al principio halagado, Romeo se deleita con los triunfos del nuevo asesino, pero mientras va cuenta atrás en sus víctimas, Romeo se da cuenta del peligro que corre Chad, no solo del asesino, sino de sus colegas y, lo que es más alarmante, de él mismo.
Romeo debe hacer algo drástico para reunir al Monstruo y a la Urraca, pero el Imitador se está acercando rápidamente a Chad, y él está decidido a hacer lo único que Romeo no pudo, concluir su cuenta regresiva y reclamar el número uno...
Si ellos pueden superar el primer caso, superarán cualquiera, eso es lo que Chad se dice a sí mismo. Pero hacer malabarismos con su carrera y su relación no es fácil.
La parte monstruosa de Romeo corroe bajo la superficie. Sus momentos oscuros dejan a Chad incómodo, y cuando se acumulan en un ataque, deja a Chad conmocionado.
Un Romeo lleno de culpa desaparece y la búsqueda de Chad de una vida normal se desmorona a su alrededor.
Necesita a Romeo, su monstruo, su salvador y si eso significa darle la espalda a una vida normal... que así sea.
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