The dark ones
Tocar a un Oscuro es la muerte.
Hablar con un inmortal es suicidio.
Sin embargo, he sido marcada por ambos.
Un Vampiro.
Y el Rey de los inmortales.
Mi vida ya no es mía.
Y ahora sé la verdad, para empezar, mi vida nunca fue mía.
Era de ellos.
Siempre ha sido de ellos.
Untouchable darkness
Sinopsis: Amar a un Oscuro es invitar a la muerte...
Está mal amarla.
Es peor quererla.
Consumirla es pecado.
Deseo las tres.
Me han sido dados treinta días para probar mi amor a otra inmortal -- como humano. Maldecido a usar nada más que el lado de mí que siempre desprecié para ganar su afecto. Soy Cassius, El Rey de los inmortales. Un Oscuro.
Y hoy probé el miedo por primera vez.
¿Cómo puedo ganármela cuando mis emociones humanas relevan cada pizca de lógica que poseo?
Una oscuridad se está desarrollando.
Una que no puedo detener como un humano.
Una que Stephanie, mis visiones de amor, han demostrado, será mi fin.
Hace treinta días era el Rey de los inmortales.
Hoy conozco el miedo.
Hoy conozco como moriré.
Por su mano.
La mujer que amo.
Crecí como un príncipe...
Y llevo la vida de un Rey.
No hay nadie ni nada que no me quiera, que no esté atraído hacia mí.
No pueden evitarlo. Y estoy seguro como el infierno de que no quiero que lo hagan. Vivo por su lujuria, anhelo el contacto como una adicción, los hago rogar de rodillas por una, simple, caricia.
Como sirena masculina, mi trabajo es alimentarme de las emociones.
Y estaba feliz de hacerlo.
Estoy feliz de hacerlo.
¿De qué no estoy muy feliz? De que me digan que tengo que
emparejarme con una humana marchita y permanecer leal a esa persona durante los próximos siglos. Hay una guerra por venir y por ser el idiota que soy, me ofrecí a sacrificarme por el equipo para ayudar a un amigo.
Ahora mi apetito sexual está recibiendo una maldita patada en las pelotas.
Y me pregunto si vale la pena.
Si ella vale la pena, con el cabello desordenado y manos humanas sucias.
Pero tengo un mundo que salvar.
Un trabajo que hacer.
Ahora, si solo me dejaría hacerlo en lugar de pelear conmigo en todo momento. He vivido vidas como el ser más irresistible del planeta.
Solo para encontrar mi pareja.
Con una.
Miserable.
Humana.
Dicen que el infierno está caliente. Están equivocados.
Porque Hope, mi pequeña humana, es mucho más caliente.
Y antes de que esto termine, puede que me queme vivo.
Soy un hombre lobo rey que eligió dar un paso atrás por el dolor de mi compañera.
Por siglos he estado solo, optando por tener una vida modesta a pesar de la riqueza que me rodea.
Merezco ser castigado.
Anhelo cosas de las que no tengo injerencia
Y se está manifestando de una manera que estoy aterrorizado de no poder controlar por más tiempo.
Especialmente desde que ella llego.
Vampiro. Huérfana. Golpeada más allá del reconocimiento.
Mi sangre llama por ella, de una forma que no tiene sentido.
Soy un lobo.
Ella es un vampiro.
Los dos no encajan.
Apenas se toleran unos a los otros.
Todo lo que se necesita es un desliz del control de mi parte, una probada.
Y nos condenó a todos.
De nuevo, nunca supe que lo que estaba al acecho tiene el poder de equilibrar el bien y el mal
Siempre he conocido el dolor.
Existencia.
Noche.
Hecho de pecado.
Sin un alma que me mantenga atado al mundo, del que quiero desesperadamente ser parte pero, estoy condenado a gobernar...
La vida no es vivir.
No cuando todos te ven como el enemigo número uno, Rey de la raza demoniaca y, sin embargo, algo mucho más poderoso y siniestro pulsa debajo de la superficie de mi piel.
Comenzó cuando la conocí, el pulso surgiendo bajo mis dedos como si el universo cruel finalmente estuviera respondiendo a mis gritos en la noche por algo más.
Y así, los recuerdos vienen, solo que no se si son míos o de otra persona.
Hace mucho tiempo, hice un trato con dios.
Alma por alma.
Pase miles de años sin esta conciencia y ¿ahora?
Todo lo que toco se convierte en ceniza.
Incluso mis propios amigos inmortales temen lo que soy.
Todos menos ella.
El día de mi noche.
Partes de mi no quieren saber que soy.
Pero es muy tarde, demasiado absorbente.
Se acerca la oscuridad.
Esa oscuridad, me temo... soy yo.
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