Avelyn esperaba que a su futuro esposo le gustasen las cerezas. Pues temía que precisamente eso es lo que iba a parecer en su boda, embutida en un traje de color escarlata —que era el único que le entraba. Seguro que él deseaba a una dulce y sumisa novia, tan pequeña y acicalada como ella pretendía aparentar, sin lograr conseguirlo.
Paen Gerville, después de haber pasado toda su vida como soldado completamente solo, anhelaba una mujer alegre, rellenita, y con un hermoso busto en el que pudiera apoyar su cabeza por las noches. Pero, a simple vista, su nueva esposa no prometía tales placeres… no podía apreciar la forma de su cuerpo y parecía bastante frágil, sobre todo tras haberse desmayado en sus brazos cuando la besó por primera vez. Pero, una vez que la desvistió, se quedó gratamente complacido y, a partir de ese momento, sólo pudo pensar en qué le depararía su noche de bodas con…. LA ESPOSA PERFECTA
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