Cuando me fui a la universidad, estaba resignado a seguir el camino que mi padre había trazado. Mi única rebelión es la clase de baile de salón a la que insisto en asistir.
Pero cuando conozco a mi profesor, me encuentro cuestionando todo lo que me han enseñado.
El hombre es atractivo y encantador, y me pone tan nervioso que termino diciendo cosas de las que me arrepiento al instante.
Cuando el profesor Lito se da cuenta de que me falta confianza para dirigir a mi pareja de baile, decide dedicar más tiempo a ayudarme fuera del horario de clases.
Parece que solo me ve como un estudiante, hasta la noche en que me presiona contra el espejo mientras me susurra órdenes calientes al oído
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