Emborracharse en la noche del baile de bienvenida de tu último año nunca es una buena idea, pero Jake Hayes nunca esperó que todo terminara con un accidente automovilístico y un poste incrustado en su garganta.
¿De lo que más se arrepiente de todo esto? De lo que nunca le dijo a Samantha Shay. Él ha estado enamorado de ella durante años y nunca tuvo las agallas para decírselo. Ahora es demasiado tarde. Porque después de esa noche, Jake nunca será capaz de hablar nuevamente.
Cuando Jake vuelve a su pequeña isla natal, tendrá que aprender a lidiar con ser mudo. También descubre que su familia no se limita a sus seis hermanos y hermanas, que a veces una isla entera está cuidándote. Y cuando tiene la oportunidad de pasar más tiempo con Samantha, ella le ayudara a aprender que no ser capaz de hablar no es lo peor que podría llegar a sucederte. Tal vez, si ella lo deja, Jake finalmente le dirá lo que no le dijo antes, incluso si realmente no puede decirlo.
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