domingo, 22 de agosto de 2021

Trilogía Innocence


 Su pequeña niña mala.
Ella es mía, simplemente aún no lo sabe.
Su nombre es Tempest Kensington.
Ella nunca ha sido tocada.
Ella es mi estudiante, y quiero saber lo dulce que sabe cuando es reclamada por primera vez. Soy su director. Tengo veinte años más que ella. Pero maldita sea las implicaciones y las consecuencias. Sé que estoy cruzando las líneas, pero No Pararé.


Tempest Kensington es una mocosa de grado A. Y está a punto de obtener una dosis muy fuerte de mi disciplina, sobre mi rodilla y sobre la de ella.


Apenas apropiado. Totalmente fuera de límites.


Mi tentación, mi adicción, mi obsesión. Mi ruina, con una falda a cuadros y calcetines hasta la rodilla.


Es hora de que sepa exactamente lo que les sucede a las chicas malas que buscan problemas.




La mantengo toda para mi, lo sepa o no.
Un ángel como la pequeña Lyra Worthington no tiene por qué estar cerca de un frío y calculador monstruo como yo.


Pero ella ha sido mía desde el momento en que se metió en mi mundo. Y ahora, nunca la dejaré ir.


Se que está fuera de los límites. Se que es demasiado joven para mí, y demasiado inocente, y demasiado intacta. Pero apuesto a que sabe a cielo y se siente como un pecado, y esta noche, planeo averiguar cuánta razón tengo.


Me está tentando… tentando. Me provoca como una mocosa traviesa en busca de problemas. Y créeme cuando te digo que lo encontrará conmigo.


La llamaré ángel. Ella me llamará papá.


Yo juego para siempre, tomo lo que es mío, y me quedo con lo que tomo. Y esta noche, me la llevo.




Ella es mía para mantenerla, mía para sostenerla. Mía para entrenar, y mía para poseerla.


Algunos me llaman demonio, un hombre malo que hace cosas muy malas. No están equivocados. Pero eso es antes de que ella caiga en mi vida… la demasiado pura, demasiado inocente, demasiado intacta Skye Jensen.


Es demasiado buena para un sucio rey de la mafia como yo, pero eso no me detendrá. La he estado observando por más de lo que ella sabe, y mi interés se ha convertido en una obsesión. Estoy consumido


por la pura necesidad de tomarla, reclamarla y hacerla mía y sólo mía.


El pedazo de mierda que la puso como garantía en un juego de cartas que no pudo ganar nunca la mereció de todos modos. Y ahora es mía. Toda ella.
Seré un monstruo despiadado para el resto del mundo, pero nunca para ella.


Adoraré cada centímetro de ella, y le mostraré cosas que ni siquiera ha soñado.


Lucharé con todo el maldito mundo para mantenerla a salvo. Porque lo que es mío es mío.
Para siempre.

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