¿He entrado en un refugio de animales? Sí. ¿Es eso un delito? No, en absoluto. Después de todo, sólo intento salvar a estos adorables gatitos de ser enviados a un laboratorio para experimentos. Se merecen un hogar cariñoso, y tengo la intención de darles uno.
Bueno, ese era el plan, pero luego me encuentro con algunas complicaciones. Varias de ellas. Y tienen placas, armas y esposas. Así que voy a la cárcel, pero hago mi única llamada al único hombre que puede ayudarme. Benton. Sólo espero que no le diga a mi padre lo que he estado haciendo.
Penelope está en problemas y yo soy el único que puede ayudarla. Llego a la cárcel casi antes que ella y la salvo de una noche en la celda de los borrachos. Pero una vez que la llevo a mi casa, me cuesta dejarla ir. Después de todo, ha estado en mi mente desde el primer momento en que la conocí. Y este pequeño encontronazo con la ley es justo lo que necesito para convencerla de que puedo ser su todo.
El arresto domiciliario nunca ha sido tan atractivo. Mi plan está tan cerca de funcionar, pero Penelope siempre trae algo extra: pueden ser gatitos robados, pueden ser peligrosos lazos familiares.
Con mi Penny, la vida siempre es una sorpresa.
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