No sabía su nombre, pero escuché su risa, probé sus labios, sentí su cálida piel cuando la sostuve en mis brazos. Juntos veíamos a nuestros niños jugando en la arena, con el océano caliente lamiendo la orilla detrás de ellos mientras el sol poniente pintaba el cielo.
Ella era mi alma gemela y esta era nuestra vida, nuestro hermoso para siempre...
Entonces desperté... solo en una habitación de hospital, conectado a cables y máquinas.
No había esposa. Ni niños. Ni una sola alma esperándome.
Esa vida que soñé... nunca existió.
Había estado en un accidente devastador, me dijo una enfermera cuando entró. En coma por semanas. Tendría un largo camino de recuperación, pero iba a lograrlo.
Desde ese momento, el sueño me perseguía. Veía la cara de esa mujer cada vez que cerraba los ojos, la busqué en cada multitud, dolido por estar con una extraña que sentía he conocido toda mi vida... y juré que, si alguna vez la encontraba, haría cualquier
Cualquier cosa.
Entonces la encontré.
Y fue el mejor y peor día de mi vida, porque la mujer de mis sueños... estaba a punto de casarse con mi mejor amigo
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