¿Se puede encontrar el amor de verdad cuando siempre se tiene la cabeza en las nubes?
Maybell Parish siempre ha sido una soñadora y una romántica empedernida. Pero vivir en su propio mundo ha sido durante mucho tiempo preferible a lidiar con las decepciones de la vida real. Así que cuando Maybell hereda una encantadora casa en The Smokies, de donde era su tía abuela Violet, aprovecha la oportunidad para empezar de nuevo. Sin embargo, cuando llega, parece que sus problemas no han hecho más que empezar. No sólo la casa se está desmoronando a su alrededor, sino que ella no es la única heredera: tiene que compartirlo todo con Wesley Koehler, el jardinero que es tan gruñón como hermoso, y resulta que tiene una visión muy diferente del futuro de la propiedad.
Convencer al taciturno Wesley para que deje de evitarla y se comprometa es una tarea más formidable que los otros deseos moribundos que la tía abuela Violet dejó atrás. Pero cuando Maybell descubre algo inesperadamente dulce bajo el ceño fruncido de Wesley, y cuando los dos empiezan a bajar lentamente la guardia, podrían aprender que a veces los pasos más pequeños fuera de la zona de confort de uno pueden conducir a las mayores recompensas
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