Jordan...
Él me acogió cuando no tenía otro lugar a donde ir. No me utiliza, me lastima o se olvida de mí. No me trata como si no fuera nada, me subestima o me hace sentir insegura. Él se ríe conmigo y me mira de verdad. Me escucha, me protege. Puedo sentir sus ojos sobre mí en la mesa del desayuno, y mi corazón late muy fuerte cuando lo escucho aparcar en la entrada después del trabajo. Tengo que detener esto. No puede suceder. Mi hermana me dijo una vez que no hay hombres buenos, y si encuentras uno, es que él probablemente no esté disponible. Solo que no es Pike Lawson el que no está disponible. Si no yo.
Pike...
La acogí porque pensé que la estaba ayudando. Ella cocinaba algunas comidas y limpiaba un poco. Era un trato fácil. Pero a medida que pasan los días las cosas ya no son tan faciles. Debo evitar que mi mente se desvíe hacia ella y dejar de contener la respiración cada vez que me tropiezo con ella en la casa. No puedo tocarla, y no debería desearlo. Sin embargo, cuanto más se cruza mi camino con el de ella, más se vuelve en parte de mí. Pero no somos libres de ceder a esto. Ella tiene diecinueve años y yo treinta y ocho. Y soy el padre de su novio.
Desafortunadamente, ambos se han mudado a mi casa.
Romance independiente contemporáneo apto para mayores de 18 años.
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