Nadie te prepara para sufrir, pero sin embargo, yo siento desde que el inicio de mi vida estaba más que lista para sufrir.
Cuando conocí a Ren esa noche de eterno invierno en la playa, supe que estaba más que lista para sufrir sin importar qué.
Quizás mi madre siempre tuvo razón, dos personas que llevan el mismo nombre y se amen, eso no implica que puedan estar juntas. Quizás debí aprender de los errores de mis padres y cambiar la dirección de mi destino.
Pero mi amor por la música y por Ren me llevó a sufrir justo como todo estaba planeado. Quizás después de todo debo esperar a que algo bueno suceda.
Aquellas noches y conciertos, aquellas canciones y las melodías suaves del piano de Ren, ésos son mis mejores recuerdos.
Dime, Ren, tú que estás muerto, ¿crees que naciste para sufrir?
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