Desde el momento en que la vi a través de la ventana de su floristería, algo más que la oscuridad se arraigó dentro de mí. Charlie brillaba como un faro en un mundo que desde hacía mucho tiempo había perdido cualquier destello de luz. Pero nunca fue para mí, un hombre que asesinaba sin remordimientos y recogía recompensas manchadas en sangre.
Pensé que mantenerme lejos la mantendría a salvo y que la escudaría de mí. Estaba equivocado. El peligro me seguía el rastro como la muerte en una casa de matanzas. La protegí de las amenazas que rondaban como buitres negros, la mantuve a salvo con muerte tras muerte.
Pero todo tiene un precio, en especial las segundas oportunidades para un hombre como yo.
Asesinar por ella era fácil. Era vivir por ella lo que resultaba ser la parte difícil.
Nota de la autora: esta es una novela romántica. No es una lectura súper oscura, no hay advertencias. Violencia y sexo explícito incluido. Final feliz, sin trampas.
Rescaté a Sabrina de un baño de sangre de la mafia cuando tenía trece años. Como nuevo jefe del sindicato de Filadelfia, la envié a las mejores escuelas para mantenerla lo más alejada posible de la vida (y de mí). Funcionó perfectamente. Hasta que cumplió dieciocho. Hasta que volvió a casa. Hasta que me di cuenta de que la tímida chica había desaparecido y en su lugar vivía una boca inteligente y un cuerpo que reclamaba mi atención. Me prometí que me resistiría a ella, por su propio bien.
Mentí.
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